es el dolor canalizado en un llanto con razón.
Es valorar tanto y todo, es pintar sin color.
Es el miedo, es la alegría, es solo confusión.
Una mirada perdida, una caricia olvidada, un poco de rencor.
Una ilusión prometida, un amor asegurado, o algo de temor.
La verdad cruda que completa el porvenir.
La realidad desnuda de una vida feliz.
La paz de la felicidad perpetua, del corazón contento.
La certeza de no merecerlo y aun así, hacer todo para valerlo.
Irónico: Cualquier persona, para ser “adulto” debe aprender a llorar.
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