septiembre 20, 2009
Y ya
Después de ochocientas lágrimas por sesión,
sesiones semanales durante veinticuatro años,
años llenos de esperanzas y confusiones,
confusiones cargadas de sentimientos de culpa,
culpas disueltas en el calor de la discusión,
discusiones dispuestas a hacer pedazos el corazón,
corazones que han decidido convertirse en piedra,
piedras que solo se ablandan con antidepresivos,
intentos míos de escuchar la sangre que llama,
sangre que brota de esa intención...
Finalmente, el juego se está acabando.
La conclusión: nosotros solo tenemos una relación de dinero. Y ya.
septiembre 16, 2009
Imperfecto antónimo de perfección
Ahora puedes ver que estoy cargada de imperfecciones, pintada con miedos. Tengo dentro una amalgama de escudos y desconfianzas, una matriz de suspicacias, un emblema a la seguridad, un detector de intenciones, una condena a la aventura, un homenaje a la quietud. Un reproductor de sarcasmo, un témpano de hielo, un espejo de inmadura indecisión.
Guardo el secreto de la mezcla para la indiferencia, el manual del disimulo y las partituras de una tétrica canción de soledad. Conservo en mis registros las direcciones para el desprendimiento, el sabor del desengaño, frascos llenos de sospechas y una dosis de aprensión. Colecciono tristezas disfrazadas de concentración, lágrimas vestidas con diplomacia y miedos disimulados con carcajadas sin pasión.
Tengo un master en indolencia y estudios no terminados en ironía II. Un sueño congelado en la nevera, un impulso frágil y un cargamento de pavor. Tengo nociones del desentendimiento, la escoria de egoísmos podridos y una brújula sin dirección.
Con todos mis errores y concupiscencias, vengo a pedirte que te quedes. Porque hoy, sobre todo eso, tengo ganas de vivir. Ganas de cubrirme con un sweater verde cuando haya frío, ganas de ser transparente, ganas de que seas feliz. Tengo ganas de tus dedos entre los míos, de encontrar tus ojos perdidos, de verte un día más. Ganas de arriesgarme a subir un árbol y gritar, desde la rama más alta, cuanto te amo.
Porque finalmente, solo soy un suspiro guardado, un bufón despistado, una lucha por ganar. Soy un campo de batalla, un pincel sin pintura, un bordado sin terminar. Tengo la ilusión de ser mejor, la determinación de la locura, y la disposición de estar aquí. Tengo miedo de perderte, mil palabras sin cauce, unos cuantos arrebatos de infancia y un mapa que no marca dirección.
Quiero ser apoyo, no erupción, aliento, no problema, comprensión, no confusión. Quiero que me des dientes. Quiero que sepas que no voy a morderte, que no quiero hacerte daño. Quiero ser feliz. Quiero caminar de tu mano sacudiendo las piedras que queden en mis zapatos. Quiero una mirada, un grito, un reto, una luz. Te quiero a ti. Los días que el miedo me gana y aquellos en los que yo puedo más.
Te ofrezco un machete para quitar la maleza del camino y unos brazos fuertes para apoyarte. Te ofrezco unos ojos rodeados de arrugas y unas manos cansadas para acariciar. Te ofrezco palabras desordenadas, pensamientos exaltados y mucha paz. Te ofrezco el día y la noche, silencios prolongados y conversaciones por terminar. Te ofrezco una ilusión hecha carne, preguntas sin respuesta, inmadurez convertida en arrepentimiento, una mirada hecha poesía y un agapanto regado con determinación.
La pasión de una vida sin miedo y el miedo de una vida sin pasión. La locura del amor maduro y la madurez de la locura por amor. Un cuento de hadas sin princesas, una historia por escribir. Te ofrezco un lienzo en blanco, un color sin definir. La lección de una fábula que podemos empezar a vivir.
Guardo el secreto de la mezcla para la indiferencia, el manual del disimulo y las partituras de una tétrica canción de soledad. Conservo en mis registros las direcciones para el desprendimiento, el sabor del desengaño, frascos llenos de sospechas y una dosis de aprensión. Colecciono tristezas disfrazadas de concentración, lágrimas vestidas con diplomacia y miedos disimulados con carcajadas sin pasión.
Tengo un master en indolencia y estudios no terminados en ironía II. Un sueño congelado en la nevera, un impulso frágil y un cargamento de pavor. Tengo nociones del desentendimiento, la escoria de egoísmos podridos y una brújula sin dirección.
Con todos mis errores y concupiscencias, vengo a pedirte que te quedes. Porque hoy, sobre todo eso, tengo ganas de vivir. Ganas de cubrirme con un sweater verde cuando haya frío, ganas de ser transparente, ganas de que seas feliz. Tengo ganas de tus dedos entre los míos, de encontrar tus ojos perdidos, de verte un día más. Ganas de arriesgarme a subir un árbol y gritar, desde la rama más alta, cuanto te amo.
Porque finalmente, solo soy un suspiro guardado, un bufón despistado, una lucha por ganar. Soy un campo de batalla, un pincel sin pintura, un bordado sin terminar. Tengo la ilusión de ser mejor, la determinación de la locura, y la disposición de estar aquí. Tengo miedo de perderte, mil palabras sin cauce, unos cuantos arrebatos de infancia y un mapa que no marca dirección.
Quiero ser apoyo, no erupción, aliento, no problema, comprensión, no confusión. Quiero que me des dientes. Quiero que sepas que no voy a morderte, que no quiero hacerte daño. Quiero ser feliz. Quiero caminar de tu mano sacudiendo las piedras que queden en mis zapatos. Quiero una mirada, un grito, un reto, una luz. Te quiero a ti. Los días que el miedo me gana y aquellos en los que yo puedo más.
Te ofrezco un machete para quitar la maleza del camino y unos brazos fuertes para apoyarte. Te ofrezco unos ojos rodeados de arrugas y unas manos cansadas para acariciar. Te ofrezco palabras desordenadas, pensamientos exaltados y mucha paz. Te ofrezco el día y la noche, silencios prolongados y conversaciones por terminar. Te ofrezco una ilusión hecha carne, preguntas sin respuesta, inmadurez convertida en arrepentimiento, una mirada hecha poesía y un agapanto regado con determinación.
La pasión de una vida sin miedo y el miedo de una vida sin pasión. La locura del amor maduro y la madurez de la locura por amor. Un cuento de hadas sin princesas, una historia por escribir. Te ofrezco un lienzo en blanco, un color sin definir. La lección de una fábula que podemos empezar a vivir.
septiembre 10, 2009
Es eso...
Es la tranquilidad de la paz,
y la paz que rebalsa mi conciencia.
Es la locura con rasgos de ojos abiertos,
también la serenidad de cerrarlos.
Es el mañana teñido de ilusión.
Es la ilusión pintada de realidad.
Es el panorama de esta tierra que ahora sabe a cielo.
Es tu mano sobre mi cara,
son las cicatrices en la tuya.
Es una cena con trazos de tinto,
un tinto con sabor a mañana.
Es una pelea con rasgos de amor
y un amor por el cual luchar siempre.
Es un sabor, un olor, un recuerdo.
Es la cercanía de la verdad,
la verdadera felicidad.
Es un sueño sufriendo metamorfosis para convertirse en vida.
Es la sutil perfección de lo inusitado
y la imperfección clara de lo esperado.
Es una canción, un recuerdo, una lágrima fría.
Es esto, con altos y bajos, loco y cuerdo.
Es todo eso por lo que he aprendido a llorar
… de felicidad.
y la paz que rebalsa mi conciencia.
Es la locura con rasgos de ojos abiertos,
también la serenidad de cerrarlos.
Es el mañana teñido de ilusión.
Es la ilusión pintada de realidad.
Es el panorama de esta tierra que ahora sabe a cielo.
Es tu mano sobre mi cara,
son las cicatrices en la tuya.
Es una cena con trazos de tinto,
un tinto con sabor a mañana.
Es una pelea con rasgos de amor
y un amor por el cual luchar siempre.
Es un sabor, un olor, un recuerdo.
Es la cercanía de la verdad,
la verdadera felicidad.
Es un sueño sufriendo metamorfosis para convertirse en vida.
Es la sutil perfección de lo inusitado
y la imperfección clara de lo esperado.
Es una canción, un recuerdo, una lágrima fría.
Es esto, con altos y bajos, loco y cuerdo.
Es todo eso por lo que he aprendido a llorar
… de felicidad.
septiembre 04, 2009
Distance
Im a survivor,
for another day
missing the sound of your look,
the taste of your words,
the smell of your touch.
Hopes of happiness suddenly become dreams,
pieces of heaven on earth.
Im living with the bittersweet flavor of loving you instead.
I’ll be here. Indeed, Ill be waiting for you.
for another day
missing the sound of your look,
the taste of your words,
the smell of your touch.
Hopes of happiness suddenly become dreams,
pieces of heaven on earth.
Im living with the bittersweet flavor of loving you instead.
I’ll be here. Indeed, Ill be waiting for you.
septiembre 03, 2009
Quimera
Quiero gritar que no pasa nada, mejor aún: quiero decirlo en silencio.
No sé si fue la desesperación, la soledad, la decepción. La conciencia de no esperar nada más. Tal vez, esa noche fue la humedad, el ruido, el humo o la huella del alcohol. Tal vez no fue nada de eso, y fue el destino que no quiso callar más. Fuiste tu y fui yo. Solos. Sin tiempos que recordar, historias que olvidar o palabras que callar.
Quiero liberarte del pesado yugo de haber hablado alguna vez. Quiero borrar esas palabras, que ya no me pesen a mí.
¿Que son las palabras sino rastros profanados de la pureza de un pensamiento? Una vil caricatura de la idea que en la mente fue perfecta… Sin embargo, claro está, fueron el lazo que más me ató a ti: al color de tu mirada, al sonido de tu alma, a tu agitado corazón.
Es muy tarde para esa utopía, su hora ya pasó.
No te reprocho haberte ido, sino haber aparecido aquí, haber dejado abierta la puerta a lo que nunca pasó. En el final de ese corto y desconocido camino, solo había dos opciones: empezar o terminar. No había opción para “seguir”, no había opción para ti.
Perdimos la guerra antes de empezar a pelear. No perdimos. Solo nos dejamos ganar. No eres nadie, yo tampoco lo seré. Solamente seremos un recuerdo arrugado, la escoria de una posibilidad irreal.
No sé si fue la desesperación, la soledad, la decepción. La conciencia de no esperar nada más. Tal vez, esa noche fue la humedad, el ruido, el humo o la huella del alcohol. Tal vez no fue nada de eso, y fue el destino que no quiso callar más. Fuiste tu y fui yo. Solos. Sin tiempos que recordar, historias que olvidar o palabras que callar.
Quiero liberarte del pesado yugo de haber hablado alguna vez. Quiero borrar esas palabras, que ya no me pesen a mí.
¿Que son las palabras sino rastros profanados de la pureza de un pensamiento? Una vil caricatura de la idea que en la mente fue perfecta… Sin embargo, claro está, fueron el lazo que más me ató a ti: al color de tu mirada, al sonido de tu alma, a tu agitado corazón.
Es muy tarde para esa utopía, su hora ya pasó.
No te reprocho haberte ido, sino haber aparecido aquí, haber dejado abierta la puerta a lo que nunca pasó. En el final de ese corto y desconocido camino, solo había dos opciones: empezar o terminar. No había opción para “seguir”, no había opción para ti.
Perdimos la guerra antes de empezar a pelear. No perdimos. Solo nos dejamos ganar. No eres nadie, yo tampoco lo seré. Solamente seremos un recuerdo arrugado, la escoria de una posibilidad irreal.
septiembre 02, 2009
Rectificar
Sentado en la banca de enfrente, esperó por días, meses y años. Siempre fiel, siempre dispuesto, siempre cordial. Resistió lluvias, noches de cariño, conversaciones superficiales y almuerzos compartidos.
Eso es lo que recuerdo: haberlo visto cada día en el mismo lugar. Siempre preparado, solo esperando la señal. Muchas veces lo salí a buscar, pero ninguna lo invité a pasar. Él, todo un caballero, me veía a los ojos esperando de mí una señal.
Su semblante denotaba paz, presagiaba felicidad. La inmadurez me hacía pensar que su presencia olía a derrota.
Yo tenía mucho que ganar, él nada que perder. Él no me necesitaba, yo sin el no sería nada. Mis ojos se clavaban en su solapa arreglada, en su disposición de estar conmigo, en sus ganas de vivir.
Un día abrí la puerta, lo invité a pasar, lo hice mío parte por parte. Solo eramos él y yo. Abrió mi pecho despacio, y arrancó 40 kilos de orgullo, 61 rencores y muchas horas de desesperación. Cada uno tenía sabor a cuando los viví. No olvidaré la delicadeza de sus manos haciéndome llorar. Aunque fue mi última opción, recordaré por siempre los pesos que me quitó, los colores nuevos que me mostró.
Hoy sigo con él, porque sigo igual… imperfecta en todos los sentidos. Porque hoy me confundí y mañana seguramente lo haré también. Porque no soy más que un humano: esa especie de mortales de carne y hueso que piensan que en su pequeñez, merecen el cielo.
Hoy dejaré que el arrepentimiento me haga llorar… otra vez.
Eso es lo que recuerdo: haberlo visto cada día en el mismo lugar. Siempre preparado, solo esperando la señal. Muchas veces lo salí a buscar, pero ninguna lo invité a pasar. Él, todo un caballero, me veía a los ojos esperando de mí una señal.
Su semblante denotaba paz, presagiaba felicidad. La inmadurez me hacía pensar que su presencia olía a derrota.
Yo tenía mucho que ganar, él nada que perder. Él no me necesitaba, yo sin el no sería nada. Mis ojos se clavaban en su solapa arreglada, en su disposición de estar conmigo, en sus ganas de vivir.
Un día abrí la puerta, lo invité a pasar, lo hice mío parte por parte. Solo eramos él y yo. Abrió mi pecho despacio, y arrancó 40 kilos de orgullo, 61 rencores y muchas horas de desesperación. Cada uno tenía sabor a cuando los viví. No olvidaré la delicadeza de sus manos haciéndome llorar. Aunque fue mi última opción, recordaré por siempre los pesos que me quitó, los colores nuevos que me mostró.
Hoy sigo con él, porque sigo igual… imperfecta en todos los sentidos. Porque hoy me confundí y mañana seguramente lo haré también. Porque no soy más que un humano: esa especie de mortales de carne y hueso que piensan que en su pequeñez, merecen el cielo.
Hoy dejaré que el arrepentimiento me haga llorar… otra vez.
septiembre 01, 2009
Choices
I didn’t choose my hair color, I didn’t have the chance.
I didn’t choose my parents, my siblings or my size.
I won’t be able to choose my kids, my diseases or my death.
I usually don’t choose when to fall asleep or even worse, where.
But today I choose to be happy, I choose to be free, I choose to be yours.
I choose peace, happiness and joy.
I choose to smile in the sunny and the cloudy days.
I choose to believe in love, in fortune, in God.
I choose the right way beyond the easy one.
I choose faith, I choose hope, I choose us.
I didn’t choose my parents, my siblings or my size.
I won’t be able to choose my kids, my diseases or my death.
I usually don’t choose when to fall asleep or even worse, where.
But today I choose to be happy, I choose to be free, I choose to be yours.
I choose peace, happiness and joy.
I choose to smile in the sunny and the cloudy days.
I choose to believe in love, in fortune, in God.
I choose the right way beyond the easy one.
I choose faith, I choose hope, I choose us.
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